jueves, 2 de julio de 2009

Osvaldo

Después de Juan me bloqueé unos días. Me esforcé mucho por superarlo rápido y restarle importancia, razón por la cual no me di cuenta sino hasta más adelante cuanto en realidad me había afectado. De hecho, no me di cuenta sino hasta la llegada de Osvaldo, que no se demoró mucho en llegar. Unos dos meses aproximadamente. Y aquí comienzo a autodenominarme una monógama en serie, sólo con una -algo dudosa- excpeción en la que estuve soltera como año y medio. Pero de eso les contaré después.

Yo tenía 18 años y seguía en el colegio. Después de Juan debo admitir que me sentí algo herida y como no quería que eso volviera a ocurrir, decidí jugar a la chica mala lo que, por supuesto, no resultó. Pero me dije a mí misma que me involucraría menos e intentaría tomar a la gente tan poco en serio como me habían tomado a mí, así me ahorraba problemas. Quería ser más fría y ruda, y en realidad seguía siendo tan vulnerable como una de esas flores que se dividen en diminutos fragmentos cuando las soplas o corre viento. Así de indefensa me sentía realmente. Y quizás para ese momento estaba bien, lo absurdo era que jugara a no serlo en vez de admitirlo.

Con Osvaldo nos conocimos por internet. Sí, me admito algo nerd. Fue en un foro sobre libros que a ambos nos gustaban. Pero no fue una relación por internet, vivíamos en la misma edad, éramos de edades más bien cercanas (él tenía 21), rápidamente decidimos conocernos. Y hubo química inmediatamente. Entonces conocí un aspecto sobre mí que hasta el momento ignoraba. Contrario a muchas mujeres que prefieren ser conquistadas, a mí me gusta la cacería. En el momento en que lo vi escribiendo cosas interesantes y pensé "ésta es una persona a la que me gustaría conocer" jugué muy bien mis cartas para acercarme a él. Hablamos de cosas que rápidamente capté que teníamos en común y así se generó un instantáneo interés mutuo. No recuerdo con exactitud, pero me atrevería a decir que él me pidió que nos juntáramos, que era exactamente lo que yo quería. Accedí y sólo quedaba ver si había tanta química en persona como por MSN. Y la había. Además de contarnos nuestras vidas y compartir mil gustos y anécdotas, nos terminamos besando apasionadamente en un sucio y oscuro bar entre cervezas de litro y olor a cigarro. Y no me molestó en lo más mínimo.

Comenzamos a salir, y fue mi primera relación monógama que fue algo más que la "amistad con ventaja" que tuve con Juan. Pero nunca llegó a ser pololeo ni nvoiazgo tampoco. Rápidamente descubrí que Osvaldo también había sido herido y se mantenía reticente a las relaciones serias, aunque todas sus actitudes conmigo demostraban que eso era lo que teníamos. Todas excepto algunas que reveló más adelante.

En el plano físico, para mí la relación con Osvaldo fue maravillosa, justo lo que necesitaba. Con Juan tenía mucho miedo y nerviosismo, y no me sentía preparada, así que nunca disfruté tanto. Podría entrar en detalles, pero para qué. Digamos simplemente que nunca me sentí 100% cómoda. Con Osvaldo sí. El me hizo sentir muy cómoda, no me sentí accediendo "sin saber por qué", sino porque yo también quería, porque aunque Juan era mucho más guapo (no lo digo sólo yo, era como estereotipo de lo que se considera un hombre físicamente atractivo y todas lo decían) que Osvaldo, la química que tuve con él siempre fue enorme. Me permití ser yo misma en la cama y descubrir qué significaba eso. Nos gustábamos y deseábamos tanto que aún cuando la relación terminó, fue muy difícil apagar ese fuego, que a ambos nos tuvo encandilados por bastante tiempo.

En el plano emocional, lo quise mucho y aunque él nunca me lo dijo, sé que también me quiso mucho. Simplemente se le notaba. Pero yo estaba con mi estupidez de que quería ser más fría y sólo pasarla bien y no quería admitir lo que sentía por él. Y él se moría de miedo de hacerlo. Siempre sentí que me veía como a una pareja estable, pero no quería "atarse" al decirlo ni volverse vulnerable por aceptarlo. Que quizás sentía que si lo hacía lo volverían a herir, o se le cerrarían puertas a oportunidades que, de todos modos, estoy bastante segura que no tomó mientras estábamos juntos, a pesar de que no pusimos reglas. El problema es que pasó el tiempo y lo que yo sentía por él se me hizo evidente.

Osvaldo conoció a mis amigos de aquel tiempo. Ellos lo conocieron como mi pareja, en un bar, estábamos juntos, y estuvimos juntos todo el tiempo frente a ellos. Eso a Osvaldo no le generó ningún problema. Pero yo nunca conocí a sus amigos. Mis amigos lo encontraron un bicho raro (y, seamos honestos, lo era), algo desagradable porque uno de mis amigos le cayó mal y se cerró herméticamente después de eso. Pero a un par de amigas siempre les cayó bien y en realidad a mí eso me bastaba. En realidad me daba igual que no se llevaran, yo me llevaba bien con él y eso era lo importante. Hasta que ocurrió algo.

Nos encontramos con Osvaldo en una ocasión social en la que había mucha gente, conocidos o amigos de él y también míos. Fuimos por separado por lo mismo, pero estuvimos juntos durante el evento. Hasta que se acercaban amigos o conocidos de él. Entonces pel guardaba sus distancias. No me tomaba la mano, no me besaba en público. Pero si eran conocidos míos, ningún problema. Más aún, conocimos a algo de gente. Entre ellos a una chica muy simpática y bastante bonita. Y les aseguro que frente a ella Osvaldo si que nunca me tomó la mano ni por casualidad. Más adelante me comentó así como casualmente que ella era bonita. Yo en ese minuto no hice mucho caso.

Después del evento, nos mantuvimos ambos en contacto con la chica, nos agregó a msn, al parecer sin saber aún que éramos pareja. Nos hablaba a ambos regularmente por este medio. Así me di cuenta que ella nunca se enteró que éramos pareja. Osvaldo volvió a decirme en varias ocasiones que ella era linda, que era simpática, etc. Y me di cuenta que le gustaba. Tuve constataciones de esto más tarde, él mismo me lo confesó años después. Bueno, al darme cuenta de esto, entré en pánico. Con Osvaldo la vez que nos preguntamos si deberíamos ser monógamos o no, no concluimos nada, aunque creo que ambos lo fuimos independiente de eso. Pero el tema era que el técnicamente tenía "chipe libre" para hacer lo que quisiera. No habían compromisos. Estaba en la misma situación que estuve con Juan, pero lográndola anticipar un poco más. Y entonces actué en base al temor.

Nos juntamos un día con Osvaldo a hablar. Le dije que yo ya no podía seguir sin una definición de nuestra relación. Que no sabía si andábamos, si pololéabamos, qué. Me dijo como si diera lo mismo (él, el mismo que había mostrado pánico a las relaciones antes) "bueno, entonces andemos". Pero no era suficiente. No sé, hubo algo en cómo lo dijo. Sentí que lo hacía sólo para dejarme tranquila y que no le importaba, que no era algo que quería pero que estaba dispuesto a ceder un poco para que yo no jodiera. Quizás no, y fue todo imaginación mía en base a la desconfianza que esta otra chica me generó y las cosas que recordé. Le insistí entonces en que no quería que me lo dijese sólo para tranquilizarme, que tenía que ser algo que él también quisiera. Nunca mencioné nada sobre esta chica ni mis verdaderos temores. Nunca. No fui lo suficientemente honesta, y creo que ese fue mi error. ¿El? Ante mi insistencia efectivamente entró en pánico y se echó para atrás. Ese día terminamos.

Más adelante (como uno o dos años después) me dijo que sintió que ese día yo fui muy predispuesta a terminar. Es cierto. No quería involucrarme, no quería sufrir y no me sentía segura de querer seguir. Estaba muerta de miedo y angustia y quería matar esos sentimientos lo más rápido posible. Pero no me resultó. También me confesó que él antes de ese día pensaba pedirme que yo fuese su pareja de modo más formal. "¿Por qué no lo hiciste?", le pregunté. "Es que cuando me lo pediste me sentí presionado", contestó. Lo que siempre supuse, también le dio miedo.

Quizás nos falló el timing. Cuando nos conocimos éramos dos almas lastimadas, que independiente de nuestros fracasos amorosos, veníamos con varios otros traumas y temores de fondo: familiares, personales, etc. Nunca me dijo que me quiso, pero nunca lo he dudado, en ese tiempo lo podía ver en sus ojos con tanta claridad como él debía poder ver mis sentimientos en los míos. Pudimos haber tenido algo bueno, creo. Pero finalmente fuimos dos idiotas que nos miramos a los ojos y tuvimos demasiado miedo de seguir adelante. Pero dos idiotas que nos honestamente nos quisimos.

Lo irónico fue que tras terminar, yo estuve muy triste y un día la chica de la discordia me preguntó por msn algo así como que si yo pololeaba. Le respondí que no, que hubo algo pero que no fue pololeo y cuando yo intenté enseriar el asunto, se acabó. "Qué idiota", me dijo refiriéndose a él. Jamás le dije que fue Osvaldo. A veces creó que lo intuyó. También supe más tarde, por el mismo Osvaldo, que él se le declaró y ella lo rechazó. Tan equivocada, finalmente, no estuve. Aunque en muchas otras cosas (como en mi manera de manejar el asunto) sí me equivoqué.

4 comentarios:

Cris dijo...

Siento que a veces nos dejamos guiar por nuestra memnte que a su vez se lleva por reglas sociales, por ej la de que después de un desengaño amoroso hay que estar un tiempo solo.
Creo que la vida nos da oportunidades siempre, y luego somos nosotros los que llevamos a cabo la tarea de hacer o no a esa persona importante en nuestras vidas.
Manejarse con sinceridad, siempre ayuda, no sé si al otro, pero sí a nosotros mismos.
Beso

Anaís Sandiego dijo...

Es lo que pasa cuando uno cree que puede controlar al corazón. Los costalazos no hay cómo evitarlos, lo mejor que podemos hacer es tratar de aprender de ellos para no repetirlos.

Me gustó mucho tu historia y cómo la cuentas. Que estés muy bien ;)

Palomis dijo...

Querida Monogama.

Todos experimentamos el miedo, sobretodo al dolor.
Es complejo pensar en ke pudo ser el amor de tu vida y lo dejaste ir, mmmm, mal, pero yo creo ke son como preparativos par ael amor de la life, en fin.

Mi blog es su blo, asi que pase cuando quiera.

Cariños

C. dijo...

Hola Monógama!
Así no más se aprende, ensayo y error. La idea es detectar lo que debe ser modificado, pa que valga la pena haberse equivocado. Y parece que me salió verso.
Un beso, cuidate!

Publicar un comentario