martes, 4 de agosto de 2009

Imán de Freaks

Después de Osvaldo estuve sola por como 3 meses, aunque admito que con Osvaldo tuvimos varias recaídas. Supongo que siempre sentimos que nos falló el timing, y que nuestra conexión se mantenía en el tiempo pese a todo. Pero entre más tiempo pasaba, por mucho que nos quisiéramos, en cada “recaída” o “reincidencia” se notaba más que la distancia entre ambos crecía y que nuestra oportunidad ya la habíamos perdido. Pero me referiré más sobre eso en otra ocasión.

En ese tiempo me convertí, sin exagerar, en un imán de freaks. No quiero ser despectiva con los hombres a quienes atraía, créanme, no tengo nada en contra de ninguno, ahora recuerdo todo y me da risa. Pero es que, en serio, no sé de qué otra forma describirlos. Eran raros. No raros como que tuvieran algún gusto freaky o inusual, no, eran raros en su comportamiento. Quizás algunos hasta eran medio sicópatas, con conductas que llegaban a rayar en lo patológico.

Yo claramente no era la reina de la normalidad en ese tiempo, y claramente por eso los atraía. A mis 18 años, en un colegio que odiaba donde no me llevaba con casi nadie, y con una crisis familiar galopante que me mantenía en un estado constante de inestabilidad (sentía que cualquier día podía pasar algo terrible, y usualmente era así) yo era un desastre. Había subido de peso pero mi figura curvilínea y la ropa oscura que usaba me ayudaban a verme relativamente bien igual. Siempre me calificaban de sexy. Siempre me sentí más “sexy” que “bonita”, pero no porque yo lo haya elegido, era algo que me dijeron tanto que lo comencé a creer.

Así que supongo que esa imagen medio oscura pero sexy y con muchos problemas de fondo resultaba… ¿atractiva? para algunos. En serio, me tocó de todo. Algunos parecían tan desesperados de afecto y aceptación como yo. Mendigando cariño, como yo le llamaba a mis propias acciones. Uno estuvo a la saga de todo mi grupo de amigas de aquel tiempo (el grupo que se juntaba con él). Y al parecer yo fui la única que atinó a rechazarlo con firmeza desde un primer momento, tras lo cual se lanzó al resto. Y aunque no lo crean, no lo hacía de malo ni de fresco. Simplemente tenía serios issues en ese tiempo. Muy serios. Luego a todas mis amigas (a mí incluida por ser amiga de ellas) les hizo un escándalo en que él era la víctima de tanta mala mujer porque todas lo rechazaron eventualmente (unas se demoraron más que otras). Y escribía cuentos sobre nosotras con nombres muy parecidos a nuestros nombres reales. Sinceramente… creepy.

Otro hizo algo similar, pero sus obsesiones éramos yo y otra amiga. Mi amiga era la que le atraía más en términos romántico/sexuales. Yo, era como con la que él “querría estar” idealmente (pero no quería). Era su amiga, era taaaan buena persona, pero cada cierto tiempo me decía cosas románticas (cada vez que con la otra no le resultaba). Y también se las dio de víctima de ambas cuando las dos nos dimos cuenta que estaba tratando de quedarse sin pan ni pedazo. Si no le resultaba con una, a ver si le salía con la otra. Pero yo siempre era la segunda opción. Pero recuerdo que cuando discutíamos, parecía pelea de amantes. Me sacaba cosas horribles en cara que no venían a lugar, y luego se disculpaba casi al borde de las lágrimas. Hasta que lo bloqueé de MSN para siempre y no le volví a hablar.

Entre medio de este par de casos emblemáticos hubo otros que no mencionaré porque sería demasiado extenso. De todos modos no me dejaron ningun daño sicológico ni emocional muy grave, solo una gran expresión de "What the fuck?" en mi rostro, un dato anecdótico en mi historia. Y luego conocí a Víctor...

2 comentarios:

Bowman dijo...

Muchas gracias por tu felicitación, y por pasar por mi blog.
Iman de freaks, quién no ha tenido que aguantar a gente "rarita"; pero no deja de ser algo anecdótico.
Un placer visitarte.
Un abrazo

Palomis dijo...

No es cierto...

No puede ser Victor, mi ultimo tormento lleva ese nombre (God, so dificult), en fin

Creo que todas tenemos iman para alguna cosa...la mia como tu ya viste las historias dificiles, con muchos kilometros de por medio y otras cosas tb.

Un besote

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